miércoles, 11 de diciembre de 2013

Límites

Distinguir fantasía de realidad, verdad de mentira, hecho de ficción. Todas estas son dualidades que constan de una línea divisoria que marca sus extensiones, un límite. Algunas veces el límite es fijo y claro, otras (me atrevería a decir la mayoría) está difuso, difuminado, como si alguien lo hubiera dibujado con una carbonilla. Sin embargo, no todos los límites separan elementos sino que hay muchos que demarcan una extensión, una oportunidad. Y en estos casos, el límite nunca está definido, siempre existe la posibilidad de correrlo, de presionarlo más allá de su estado natural. Esto se manifiesta todo el tiempo tanto en el mundo natural como en el comportamiento del ser humano. Nosotros, como seres racionales (a veces no tanto) buscamos una veta, una grieta por la que sobrepasar el límite y liberarnos de la presión que ejerce sobre nuestra meta. Y acerca de esto es el tema del que quiero hablarles hoy.
En el lenguaje hay constantemente una búsqueda de delimitaciones tanto semánticas como terminológicas. Siempre se busca dotar a las palabras de claras delimitaciones en sus significados, en qué campo se desarrollan y hasta qué punto abarcan la definición de las mismas. El problema está en que la mayoría de los lexicólogos y especialistas en el léxico y la semántica no tienen en cuenta la vastedad del lenguaje humano y pretenden establecer límites concretos a significados que en realidad nada tienen de concretos. Tanto las palabras como los términos tienen cientos de acepciones y las divisiones que las separan están muy lejos de ser fijas, sino que fluctúan y varían con el correr del tiempo y gracias a diversos factores que se desarrollan en la mente de todos los hablantes. Por ello es que considero necesario un tratamiento más laxo, más gradual de los límites. No solo en el lenguaje, sino que en todas las áreas de la vida. Así como en matemática los límites siempre tienen soluciones variadas para reconocerlos (y sin embargo no son biunívocas), o en química, donde aquellos que separan a los elementos siempre son dependientes de las diversas uniones.
En mi opinión, las divisiones discretas de "lo uno o lo otro" no son naturales en el ser humano, sino que fueron impuestas a lo largo de la historia por pautas culturales y sociales, las cuales establecen elecciones binarias para comportamientos humanos. Está muy claro para cualquier persona que el comportamiento de un individuo no puede ni está basado en un número tan escaso de decisiones, sino que estas son infinitas. Nuestra posibilidad de elección es un derecho natural, es parte de nuestra libertad. Si bien, pensamos que hoy en día vivimos en libertad hay miles de elementos que pueden determinar lo contrario. Todo el día nos detienen límites imaginarios que se vuelven concretos tan rápido como un pestañear, como la barrera invisible que impone el consumismo, la aceptación pasiva de acciones por parte de gobernantes corruptos y hasta la misma destrucción de nuestro planeta. Estos límites no radican tanto en el no dejarnos avanzar sobre ciertas sino que nos refrenan en ellas. Ahora bien, algunos límites son necesarios para la vida en sociedad pero una cosa es poner límites y otra es abusar de ellos, e incluso de la falta de opciones a la hora de tratar de desplazarlos. 
La conclusión es simple: como especie, el blanco y negro para nosotros no existe, siempre se trata de una escala de grises. La solución, no obstante, dista mucho de ser fácil y accesible. El truco descansa en la limitación gradual, los límites que forman parte de una escala y cuyas dos opciones "binarias" son apenas los dos polos de esta misma. Es nuestro deber y nuestro derecho difuminar esos límites y flexionarlos para poder vivir con libertad.



El horizonte no es un límite, simplemente es una meta.

2 comentarios:

  1. Lo primero te deseo unas felices fiestas. Te agradezco tus visitas en las que, unas veces has sufrido, otras has llorado y algunas has reído. Desde Coslada (Madrid) España, te mando un gran abrazo.
    Feliz Navidad, Merry Christmas.

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    1. Gracias María! Te deseo unas muy lindas fiestas a vos también. Feliz navidad y próspero año nuevo!

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