martes, 29 de julio de 2014

Las no-definiciones

Confusión, mezcla, afluencia, enredo. Muchas palabras que son usadas para referirse a una misma cosa: algo que no está definido de forma absoluta. Creo que puedo decir que ciertamente todos pasamos por estas etapas de no saber lo que de verdad queremos o el camino que tenemos que seguir. Y como somos humanos, "seres racionales", siempre necesitamos definitud, una sola opción viable y no ambigua, que permita avanzar sobre ella sin ningún tipo de desviación. Sin embargo, la vida no es así, ni un poco. Todo viene en número múltiple, ninguna decisión a tomar es única e individual, ni con resultados predecibles y estables. Cada decisión desencadena miles de alternativas y consecuencias posibles, que varían en todo momento. Así, esa sensación de definición necesaria es movida desde sus mismos cimientos al darnos muchas opciones, muchas posibilidades y ninguna cerrando en sí misma. Entonces, ¿qué significa esto? ¿el mundo no está bien porque no nos da solo una posiblidad simple y concisa? ¿somos verdaderamente seres que necesiten de esta única opción? La verdad no tengo una respuesta definitiva (sí, todo se relaciona con todo) pero lo que sí puedo decir es que cada día que vivo, cada día que paso en este viaje que es mi vida, me voy dando cuenta que esta pregunta está mal hecha. Tendría que ser así: ¿Qúe nos hace pensar que necesitamos elegir una sola posibilidad y no muchas?
A esta altura, casi todos sabemos que la que impone reglas y concepciones fijas no es nuestra naturaleza, la cual es caótica, compleja, impredecible y terca, sino la misma sociedad en que vivimos, más en particular los organismos de control. El patriarcado es un ejemplo de esto, una concepción bipartita de géneros, definiendo a cada uno como cosas diferentes cuando en realidad son lo mismo. A partir de esta definición del género se obtienen consecuencias que no generan más que alienación, sumisión, discriminación y ceguera a los verdaderos problemas que se presencian hoy en día. 
Por eso, en este momento me propongo desde ahora para todos los días de mi vida intentar borrar esta idea de definitud e imponer la idea de las no-definiciones. La vida esta llena de buenos momentos que en muchas oportunidades se ven opacados por miedo a romper con esa concepciones discretas. Pero ya no más, es hora de asumir nuevas actitudes, nuevos cambios, nuevas decisiones y sobre todo ampliar nuestras opciones. No sirve de nada quedarse con una sola elección si lo que verdaderamente nos llena es la conjunción de muchas otras. Así que ¡a luchar contra la definición!

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